Monday, June 6, 2016

Restaurantes, una alternativa de vida para los brasileños en la Llajta

Sebastian Gonzaga llegó a Cochabamba para quedarse solamente dos años, pero el clima y la tranquilidad que se respira en sus calles le motivaron a permanecer mucho más tiempo del que había planificado. Ahora, entre sus planes está arraigarse en la Llajta.

Nació en el estado de Goiás (Brasil), donde vivió durante toda su vida realizando actividades agrícolas en el campo. Hace ocho años, motivado por uno de sus amigos que ya había vivido en Cochabamba, llegó hasta esta ciudad a “probar suerte”.

Él era agricultor y productor de leche en Goiania, la población en la que nació. Formaba parte, como socio, de una empresa de queso. Asegura que le iba bien, tenía ganado vacuno, pero empezó a tener algunos problemas financieros que finalmente le empujaron a buscar un nuevo rumbo.

Su amigo le había comentado que Cochabamba era una ciudad ideal para vivir, con buen clima, gente amable y sin mucha violencia en las calles, como ocurre en Brasil.

“Vine para estar solamente dos años, pero ya permanezco ocho años”, puntualiza.

Llegó a Cochabamba con su esposa solamente. Sus dos hijos se quedaron en su ciudad natal, Goiania, donde viven actualmente atendiendo sus negocios.

Insiste en que al llegar a Cochabamba se percató, casi de inmediato, que las oportunidades de progreso en esta ciudad eran buenas, porque no hay mucha delincuencia, al contrario de lo que sucede en su país, donde los secuestros y atracos están a la orden del día.

"Aquí es muy tranquilo, no hay muchos atracos ni secuestros. Solo presencié dos asaltos, uno en la 25 de Mayo y otro en la avenida América. Por eso estoy a gusto por acá y por eso me quedé todo este tiempo".

Él llegó a Cochabamba en la noche, se alojó en un hotel de la avenida Aroma. Al día siguiente, tras despertar y ver la ciudad a las ocho de la mañana se dijo a sí mismo que esta ciudad era muy buena y le gustó desde el primer día.

SOCIOS

Su amigo brasileño había instalado previamente un restaurante, del cual Sebastian se hizo socio al llegar. Después de analizar el mercado de la comida y el número de brasileños que había en la ciudad (especialmente estudiantes), abrieron dos sucursales, uno en la avenida Santa Cruz, a pocos pasos del puente Antezana, y otro sobre la avenida Villarroel, casi América.

Sebastian no tenía la intención de abrir un restaurante, pero no pudo rechazar la oferta de su amigo, de convertirse en socio de su empresa que había abierto un par de años antes. Él aceptó de inmediato la sociedad.

Compró parte de la sociedad y cuando su amigo decidió retornar a Brasil, adquirió la otra parte.

Asegura que le va bien en su negocio, y si bien la mayor parte de su clientela es de Brasil, también hay bolivianos que se acercan a comer la carne asada que prepara a la parrilla.

“Me va muy bien. No tengo nada que reclamar a nadie. Para mí está todo bien al cien por ciento”, asegura Sebastian, mientras despacha a un cliente que se ha acercado para preguntar sobre la comida por peso, en su restaurante que se encuentra ubicado en la avenida Santa Cruz, cerca del puente Antezana.

SOLO DE VISITA

Pese a que sus hijos le insisten en que vuelva a Brasil, su respuesta es categórica, se quedará en Cochabamba porque está convencido de que es una ciudad agradable para vivir y se ha convertido en su segundo hogar.

Él visita con regularidad a sus hijos que viven en la ciudad de Goiania (Brasil), una o dos veces al año.

Por el momento, Sebastian ratifica que se quedará a vivir en Cochabamba por unos buenos años más, porque en Brasil la vida es muy agitada y sus calles peligrosas.

“Brasil es el país donde nací, pero yo tengo que decir la verdad, sus ciudades son muy demasiado peligrosas”.

Finalmente, Sebastian destaca que de su país llegan muchos jóvenes a Cochabamba para estudiar por la buena calidad de las universidades que hay en esta ciudad, muchos de los cuales llegan a mediodía hasta su restaurante para almorzar y en la tarde en busca de la cena.

TÍA OLGA

Aline Gomes y su madre llegaron a Cochabamba en 2010. La primera para estudiar Odontología en la Universidad Técnica Privada Cosmos (Unitepc) y la segunda para acompañar a su hija y trabajar.

La madre de Aline abrió un pequeño restaurante en la avenida Villarroel, cerca de la Universidad Franz Tamayo, adonde llegan estudiantes brasileños.

Tía Olga es el nombre de su restaurante que atiende a estudiantes mayormente brasileños, con contratos mensuales.

El restaurante comenzó con una reducida clientela, pero con el paso de los años fue aumentando.

“La forma de trabajar de mi madre es diferente a los demás restaurantes. Ella trabaja con plato hecho y con contratos mensuales para los estudiantes. No es como los otros que ofrecen bufet y ensaladas”.

En Tía Olga se cocina solamente comida brasileña, especialmente la feijoada (frijolada).

La feijoada es uno de los platos típicos de la cocina brasileña (considerado como plato nacional en ese país) y Portugal. Sus ingredientes básicos son los frijoles y la carne de puerco en salazón.

SE QUEDARÁ

Aline Gomes asegura que su madre quedó encantada con la ciudad de Cochabamba, por lo que decidió permanecer más tiempo, mientras que ella retornará a su país, una vez que termine su internado en la universidad.

Después de haber cursado un año la carrera de Odontología, en 2010 decidió migrar a Medicina. Actualmente cursa su internado en la Unitepc.

Explica que en Brasil es más costoso estudiar Medicina u otra carrera en una universidad privada, por lo que optó por venir hasta Cochabamba.

Gracias a sus dos nietos bolivianos Thais Krob encontró un nuevo hogar

Vino a visitar a su hija que estudiaba Medicina en la Universidad Privada Abierta Latinoamericana (UPAL) y terminó enamorándose de Cochabamba.

Thais Krob Gomes nació en Porto Alegre, capital del estado de Río Grande del Sur, y desde hace tres años vive en Cochabamba. Ella mantiene la firme convicción de que se quedará en esta ciudad, donde ha instalado una pastelería que “gracias a Dios” ha conquistado una buena clientela.

Thais hace una pausa en su ajetreada tarea de atender a los clientes que llegan a su pastelería “Tardeli”, ubicada en la calle Juan Capriles (zona norte de la ciudad) y comenta algunos detalles de su vida en Cochabamba, su nuevo hogar.

Había venido sola a Cochabamba y tras ella llegaron su esposo y su hijo mayor, quien tiene 30 años y trabaja en la pastelería.

Confiesa que tiene otros dos motivos que le arraigan a esta ciudad, sus dos nietos: Brenda de dos años y cinco meses y Alexander de un año y cuatro meses.

La hija de Thais, Karla Krob, cursaba el quinto semestre de Medicina, cuando conoció a quien llegó a ser su esposo y padre de sus dos hijos, Jorge, un profesional que se especializa en el área de Informática.

ACCESIBLE

La hija de Thais explica que estudiar Medicina en una universidad privada de Brasil es inaccesible para la mayoría de los jóvenes, por lo que decidió viajar a Cochabamba tras recibir el consejo de su primo, quien le aseguró que en esta ciudad había muy buenas oportunidades.

Cuando llegó a Cochabamba e ingresó a la UPAL, la mensualidad tenía un costo aproximado de 100 dólares, mientras que en Brasil era 1.500 dólares.

“Tuve la oportunidad de llegar a Cochabamba gracias a mis padres”.

Ella conoció a su esposo mediante sus amigas bolivianas. Una de ellas le presentó a su hermano y empezaron a salir, primero, y a enamorar después.

Cuando sus padres llegaron de visita a Cochabamba, Jorge se animó a pedirle matrimonio y los dos están juntos desde entonces, hace seis años.

“Fue una alegría, cuando me pidió matrimonio. No pensé en mi futuro, si estaría aquí o en Brasil, solo en mi presente”.

Cuando supo que estaba embarazada de su primera hija tuvo que dejar la universidad, por dos años, y ahora retomó su carrera desde el quinto semestre.

Piensa especializarse en pediatría porque le gusta trabajar con niños.

CIUDAD TRANQUILA

Thais asegura que otro motivo que le animó a quedarse en Cochabamba es porque esta ciudad es muy tranquila. Reconoce que en Brasil hay más violencia y la inseguridad está a la orden del día.

“Cochabamba es una ciudad tranquila, en términos de seguridad personal y para la familia. En Brasil es muy estresante”, asegura también la hija de Thais.

REPOSTERA

En Brasil, Thais trabajaba como repostera, se especializaba en la elaboración de tortas, queques y otro tipo de masitas.

Por este motivo, cuando llegó a Cochabamba, animada por su esposo decidió abrir una repostería. Entre sus especialidades están la coxinha, los brigadeiros, el pan de leche, el pan francés y otras masitas típicas de Brasil.

Los brasileños que estudian dinamizan la economía
Alfredo Mansilla

Economista y docente

Los brasileños que llegan a estudiar a Cochabamba originan una dinámica interesante para la economía de la ciudad. El dinero que se genera en Brasil, en nuestro país tiene mayor poder adquisitivo.

Para muchos jóvenes brasileños es prácticamente imposible estudiar en su país porque es muy costoso y es difícil aprobar los exámenes de ingreso a las universidades públicas.

Por estos motivos, por las modalidades de selección y el tema económico, muchos jóvenes llegan a la ciudad de Cochabamba para estudiar.

En la universidad privada no requieren dar examen de ingreso y les sale barato estudiar, por así decirlo. Su presupuesto, aunque no sea grande, les alcanza para el alquiler, su alimentación, su colegiatura y sus libros.

Ese dinero que traen los brasileños nos ayuda a dinamizar nuestra economía. Tenemos la Universidad del Valle por el lado de Tiquipaya, lo que genera el pago de alquileres, la compra de comida y ropa.

Hay que entender también que la universidad va creciendo, genera relaciones internacionales, convenios para revalidar los títulos de estos brasileños, que a la postre retornan nuevamente a su país de origen.

Por otro lado, tenemos que pensar que se genera turismo con el brasileño que estudia, que siempre se da una escapada para moverse por el territorio boliviano, a otro departamento o a las provincias.

Pero también con la visita de sus padres y otros familiares que llegan a Cochabamba para visitar a sus hijos que estudian en la Llajta.

Es bastante ventajoso desde el punto de vista económico el hecho de que haya una gran cantidad de estudiantes brasileños en las universidades privadas de Cochabamba.


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