Sunday, February 22, 2015

En Bolivia viven 3.000 musulmanes que buscan la paz

Tienen sus mezquitas en La Paz, Santa Cruz y Cochabamba, donde realizan oraciones y leen el Corán. Su religión es el islam, que busca la sumisión y acercarse cada vez más a Dios. Esta comunidad rechaza a los miembros del Estado Islámico y su ideología. Piden entender cuál es el verdadero significado de su fe.

Cerca de 3.000 musulmanes viven en Bolivia, quienes fueron dispersándose por diversas regiones del país en busca de encontrar la paz.

Llegaron a Santa Cruz, La Paz y Cochabamba, principalmente. Se reúnen en mezquitas para rezar y continuar con la práctica de su religión, el islam y la interpretación y seguimiento de las enseñanzas del Corán (libro sagrado).

Los musulmanes aseguran que Dios es Alá y es quien reveló su verdad al profeta Mahoma, la misma que se encuentra en el Corán.

Es así que el islam, para esta comunidad, quiere decir “sumisión” y tratan de cumplirla.

Desde Bolivia ven con mucho dolor y frustración lo que sucede en el Medio Oriente, la ejecución de varias personas por un grupo denominado ISIS o Estado Islámico (EI), en español, utilizando el nombre del islam.

Lo que más les “duele” es que se utilice el nombre del islam y del Corán para cometer una serie de actos de violencia que no están acordes con su ideología.

Si bien existen diferentes corrientes doctrinales, consideran que la mayoría se basa en principios y valores positivos.

LA RELIGIÓN

Las dos corrientes más extendidas en el país son el sunismo y el chiísmo.

En el plano religioso, el sunismo se caracteriza porque se remite estrictamente al Corán y a la Sunna, es decir, al libro de la revelación y a los dichos y hechos atribuidos al profeta. El chiísmo, por su parte, acepta el Corán y la Sunna, pero la Sunna chií es distinta y, sobre todo, los partidarios de esta facción (“chía” significa precisamente facción”) incorporan a su acervo la autoridad jurisprudencial de los imanes, los guías de la comunidad, en linaje, que remite directamente a Mahoma.

El último de los grandes imanes desapareció y se ocultó; desde aquel lejano tiempo se espera su retorno. Su lugar ha sido ocupado desde entonces por sucesivos imanes que, por así decirlo, guardan las esencias.

Hoy, el sunismo es profesado por cerca del 70 por ciento de todos los musulmanes; el chiísmo se reduce al 30 por ciento en el país.

COCHABAMBA

Se tiene la mezquita de la fe, hasta donde llegan entre 25 y 30 personas, los viernes y sábados para orar. Al ser el viernes un día de trabajo, muy pocos asisten a este centro de oración. Llegan a las 13:30 horas y concluyen a las 15:00 horas. Los días sábados asisten más personas, a partir de las 16:30 horas.

Pertenecen al Centro Islámico de Bolivia.

La inquietud de formar una mezquita nace de muchos de los que practican esta religión y emigraron a Cochabamba.

Esta comunidad acoge a musulmanes como también a las personas que se convierten al islam y no necesariamente son extranjeros.

Entre sus actividades últimas se encuentra el movimiento que busca la paz en Palestina.

“Es frustrante no poder hacer nada. Sentirse atados de pies y manos”, explicó Magaly Rojas, una de las representantes del Centro Islámico.

LA REALIDAD

Dijo que hay algunas familias que tienen a personas cercanas en los países donde el EI tiene presencia y están preocupados.

Algunos lograron salir de su país gracias a convenios para el intercambio cultural, pero otros, debido a las restricciones y el factor económico, no lo hicieron.

La comunidad de Cochabamba tiene a pakistaníes, africanos y palestinos. Algunos son descendientes de los que llegaron hace 50 años huyendo de la guerra.

Según Rojas, la mayoría de los musulmanes fueron abrazando la religión católica y quedaron muy pocos con la práctica del islam.

Sin embargo, recuerda que la esencia de estas personas está en el respeto a los demás, la búsqueda de la paz y el dar el ejemplo.

“El islam promueve la obediencia y la sumisión a Dios. La misión de todo musulmán es acercarse lo más posible a Dios”, dijo.

Para Rojas, no se puede entender que el Estado Islámico sea parte del islam porque está en el camino equivocado.

“No se puede ganar una guerra obligando a las personas a pensar como uno”, acotó.

Definió el islam como una forma de vida y en este tiempo no corresponde que haya tantas discordias, cuando los problemas se pueden solucionar de otra manera. Asimismo, destacó que desde Bolivia se implementen algunas medidas, principalmente para ayudar a la comunidad de palestinos.

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